20/6/12

SOBRE FLORES...








Cuando cobramos consciencia de la suprema importancia de equilibrar nuestros pensamientos y emociones esto se convierte en prioridad máxima en nuestras vidas, en nuestro día a día. Lo más hermoso es que podemos intentarlo con intención de juego.
El contacto con la naturaleza nos eleva, y esa elevación tiene un papel protagónico en la búsqueda de equilibrio emocional y mental.
Luchar contra nuestros pensamientos y emociones no deseadas apuesta a una pérdida de energía, de tiempo y de triunfo, pues esta lucha simplemente los hace más poderosos. ¿Qué hacer entonces?: sustituirlos por pensamientos y emociones positivos. ¿Y cómo hacemos esto? Recomiendo ampliamente a las personas que acuden a consulta agradecer en el momento en el cual “nos damos cuenta” del discurso, tormento o monólogo mental en desequilibrio y, es justo en ese momento, que procedemos a pensar en positivo.
En la Terapia Floral los elixires sugieren, en la descripción de sus perfiles, afirmaciones y pensamientos positivos asociados a las lecciones de vida que requerimos para equilibrarnos. ¡Es una ayuda maravillosa!... De pronto descubrimos que al surgir esa “causa” mental y emocional, que tanto disturbio interno y externo nos trae, nos estamos “reprogramando” literalmente con pensamientos que afirman: “Mi realidad es otra…”, “Me siento bendecida…”, “¿Cómo podría ser mejor que esto?”, “¿Cuál es el bien oculto que aún no logro ver?”, “Gracias por el aprendizaje, pero esta energía no es mía y la dejo ir”, “Me amo, me acepto, me perdono, me apruebo”… y un sinfín de tomas de conciencia que nos conecta con el soltar, con la alegría, con el agradecimiento, con el merecimiento, con la voluntad, con la relajación, con la concreción, con la liberación, con la admiración, con las ganas, la vitalidad… con Dios…
El efecto suave, sutil, silencioso de los elixires florales nos va equilibrando y rescatando nuestras mejores cualidades que comienzan a mostrarse en nosotros mismos y también hacia afuera, mejorando nuestras relaciones y nuestra percepción del mundo y la realidad.
Un tratamiento con Remedios Florales no tiene nada que ver con CREER o no. Aunque se esté lleno de escepticismo igualito van a funcionar. Los cambios son sutiles, pero la persona se encontrará por ejemplo: durmiendo muchísimo mejor, apreciando más a sus seres queridos, más tranquilo, con una visión “diferente” del mundo y las personas que lo rodean… y una “reacción” también diferente hacia ese mundo y gentes.
Las flores son para mí “Las sonrisas de Dios en la Tierra”, y como tales nos brindan todas las cualidades divinas repletas de esa bendición.
¡Agradezco profundamente la oportunidad de compartir con los demás esta inmensa bendición que conozco como Terapia Floral!