16/6/07

BACH ME PUSO A PENSAR: La Crueldad

Sobre Edward Bach y sus elixires florales hay tanta información, tanta bibliografía, tantos grupos y tanta gente “experta” en la materia que se hace muy fácil para quién esté interesado encontrar lo que sea al respecto.
A mí, en lo particular, me apasiona el propio Edward Bach, así que en mi propio proceso siempre busqué “la fuente”. Muy especialmente los principios que él enumera en su librito sobre las causas de desequilibrio y enfermedad.
Esas causas de enfermedad, decía Bach, son todas aquellas que “te hacen creer” separado de Dios. Así que las causas de enfermedad reciben nombres tales como: Crueldad, Orgullo, Egoísmo, Codicia, Odio, Ignorancia e Inestabilidad.
“Así es la cosa”, pensé… pero continué pensando en que siempre damos todo por hecho y por aprendido. Se supone que todos sabemos lo que la Crueldad y todo lo demás son ¿o nó…?
En cuanto profundicé acerca de este asunto y comencé a preguntar a mí alrededor me di cuenta de que la mayoría de las personas, incluida yo, no tenían muy claro lo que realmente significaba cada uno de esos términos. “¡qué horror!”: No teníamos idea de cómo funcionaban los mecanismos que nos bloquean, desequilibran y enferman.
Bach afirmaba también que si combatíamos la causa directamente, ésta se hacía más fuerte y explicaba que la mejor manera de disolverla era cultivar la cualidad positiva contraria. Y otra vez me pregunté cosas que me hicieron entender que damos por hecho que sabemos exactamente de lo que se trata y que tal vez no sea así. “Bueno Conny”, me dije ¿cuáles son las cualidades contrarias a la Crueldad, al Orgullo, al Egoísmo, a la Codicia, al Odio, a la Ignorancia y a la Inestabilidad?... De pronto me di cuenta de que no era una sola cualidad sino un grupo de cualidades que permitía llegar a un punto en el cual se recibe un regalo: Si, ¡un regalo!... y que ese grupo de cualidades incluye un modo de vida, un despertar permanente, un estado de alerta, un aprender a pensar, aprender a sentir y aprender a hablar. Toda una reprogramación. ¡Todo un cambio! Un cambio de consciencia.
En lugar de preguntarme, entonces, ¿qué es crueldad? Comencé a preguntarme ¿qué lleva a alguien a ser cruel? ¿Qué acciones, qué actitudes…?
Esto fue lo que encontré:
Cada vez que ocasiono daño a alguien, comenzando por mí misma, con el pensamiento, la emoción o la palabra estoy siendo cruel; cada vez que contamino el aire, el agua, la tierra, mis propios espacios, mi cuerpo… estoy siendo cruel. Cada vez que ignoro las necesidades de los seres que dependen de mí, mis plantas, mis mascotas, mis seres queridos, mi comunidad, mi propia persona… estoy siendo cruel. Cada vez que desato estados de ira, impulsividad descontrolada, indiferencia hacia mi entorno… estoy siendo cruel. La inhumanidad es crueldad, no es sólo “matar” a otro ser vivo literalmente, también se matan esperanzas, alegrías, opiniones, por eso la manipulación es crueldad y el chisme también. Es el descuido sumado a todas las otras causas de desequilibrio lo que lleva a un ser humano a ejercer la crueldad. ¿Y entonces…? La solución estaba en “sembrar” un poquito de Cuidado, un poquito de Comprensión Amorosa para cada situación, un poquito de Dulzura, un poquito de Misericordia, un poquito de manifestaciones de afecto. Resultado de esta suma: el regalo de la Compasión. Por eso, para mí, la Compasión se convirtió en el contrario de la Crueldad.
Realicé el mismo proceso con cada una de las causas, comenzando siempre con preguntas para mí misma y buscando “lo qué está detrás”, aquello que no es tan obvio.

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